La Isla De Los Muertos - La Verdadera Historia

Descripción

La Isla de los Muertos. Toda la verdad. Caleta Tortel, 1906. La Isla de los Muertos es un cementerio a pocos minutos en bote desde la Caleta Tortel donde existen 33 cruces de los obreros fallecidos en 1906 en una faena maderera y ganadera de la Sociedad Explotadora del Baker con sede en Valparaíso. En las redes sociales hay numerosos documentos que hablar de muertes por esctrictina, hambre o harina descompuesta, abandono y hasta de asesinatos para no pagar los sueldos de los obreros. El libro del profesor Guillermo Toro viene a aclarar las dudas.

Reseña de Mateo Martinic Beros. Premio Nacional de Historia. Durante el invierno de 1906 un centenar de trabajadores de la Compañía Explotadora del Baker daba término a las faenas forestales de la temporada en el sector del Bajo Baker, parte del extenso distrito situado en la Patagonia occidental central que integraba su extensa concesión papa colonización y que la entidad trataba de llevar adelante en medio de grandísimas dificultades de carácter financiero y operativo por una parte y por otra, debido principalmente a su desconocimiento del territorio y la incompetencia de sus ejecutivos y gerencia. El mencionado contingente laboral aguardaba la llegada de un vapor que permitiría su traslado hasta Dalcahue para los efectos de su merecido descanso, pues en su inmensa mayoría era originaria de la zona de Chiloé.

Mientras tal cosa ocurría, la nave demoró su arribo más de lo programado cuya inmediata consecuencia fue la reducción hasta el virtual agotamiento de los alimentos disponibles para la gente, seguida de una misteriosa enfermedad que en pocas semanas llevó a la tumba a una sesentena de hombres. Es lo que históricamente se conocería como ''Tragedia del Baker", lamentable suceso que en la búsqueda de una explicación dio origen a lo largo el tiempo a diferentes interpretaciones entre las que confluyeron afirmando, sin fundamento convincente que se habría tratado de una acción criminal, asesinato colectivo mediante el envenenamiento de los alimentos dispuesto por la empresa patronal para ahorrarse el pago de los salarios acumulados y adeudados.

Pasó el tiempo y la hipótesis explicativa hija del rumor cobró la fuerza de un mito, que no por repetido asumió la legitimidad de la verdad. Se imponía así una investigación seria y amplia sobre la base de la búsqueda de informaciones fidedignas y que al fin permitiera una aclaración satisfactoria y desmitificadora sobre lo acontecido en el Bajo Baker a comienzo del siglo XX. Esa fue la tarea, ardua y difícil, por cierto que acometieron algunos investigadores de la historia regional de Aysen y que al fin habría de resultar gratificante.

La bien conocida Historiadora Danka Ivanoff Wellman fue la primera en abordar el tema con su libro Caleta Tortel y su Isla de Los Muertos (Santiago, 2000) en el que brindó las primeras luces aclaratorias, del misterioso suceso. Lustros después, Mauricio Osorio Pefaur supo transitar y aprovechar el camino abierto por aquella, con un trabajo acucioso, documentado y serio que permitió comprender la el contexto del asunto y adelantar en las causas de la tragedia.

Por fin, Guillermo Toro Albornoz, autor de la obra que se reseña y comenta, ha completado virtualmente el esfuerzo de más de dos décadas de investigaciones, poniendo de relieve el papel determinante que cupo a William Norris, administrador contratado para la dirección y administración de las tareas en terreno, en el conjunto de los acontecimientos que antecedieron al suceso trágico y, en particular, en el manejo de la dificilísima situación que se registró en el invierno de 1 906 en Bajo Pisagua, principal centro de operaciones. Emergencia que supo enfrentar con serenidad y entereza, y conducir, tan razonablemente, como fue posible dadas las circunstancias, evitando un resultado históricamente peor al conocido. Tal conducta hizo de Norris el personaje rescatable y destacable, con ribetes de heroicidad para el autor.

Toda esta información, por lo demás completísima, está en documentación inédita, lo que otorga al libro de Guillermo Toro la seriedad que la materia exige y le permite hacer consideraciones complementarias en procura de la mejor comprensión ingrato episodio.

Con el libro que se comenta se presta un servicio valioso a la verdad histórica y con ello, así se espera, el principio del fin de un prolongado y sostenido mito que acogido malintencionadas hipótesis que no hecho otra cosa que alimentar el morbo de la gente ignara.

Mayo de 2.021