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Descripción

Características del libro
Formato
Libro físico
Autor
Michel Quoist
Editorial
Herder
Categoría
Sociología
Año
1994
Idioma
Español
N° páginas
240
Encuadernación
Tapa blanda
Isbn
8425408245
Isbn13
9788425408243
N° edición
24
Reseña del libro
¡No es fácil entenderse a sí mismo! Tampoco para un joven. Cuando se estructura el hombre, crujen todas sus células, las ilusiones se vuelven locas, la evolución se convierte en seguridad, la justicia es exigencia rayana en la dureza. Se vive sin cimientos estables, en tierras movedizas. Ilusionados y sensibles, los jóvenes ven la eclosión de la vida ante sus pies. Es la floración de la masculinidad. Acarician la apertura de ... Ver más Ocultar ¡No es fácil entenderse a sí mismo! Tampoco para un joven. Cuando se estructura el hombre, crujen todas sus células, las ilusiones se vuelven locas, la evolución se convierte en seguridad, la justicia es exigencia rayana en la dureza. Se vive sin cimientos estables, en tierras movedizas. Ilusionados y sensibles, los jóvenes ven la eclosión de la vida ante sus pies. Es la floración de la masculinidad. Acarician la apertura de la vida. Por eso se sienten dueños del mundo. Es tanta la fuerza que bulle que la imaginación es imparable y, a falta de enunciado preciso, la incomunicación levanta muros. El diario de Daniel, uno de tantos jóvenes de hoy, quiere establecer puntos de referencia válidos, valores fundamentales estables, ante las cambiantes coyunturas de tiempos vertiginosos. ¡No es fácil entenderse a sí mismo! Tampoco para un joven. Cuando se estructura el hombre, crujen todas sus células, las ilusiones se vuelven locas, la evolución se convierte en seguridad, la justicia es exigencia rayana en la dureza. Se vive sin cimientos estables, en tierras movedizas. Ilusionados y sensibles, los jóvenes ven la eclosión de la vida ante sus pies. Es la floración de la masculinidad. Acarician la apertura de la vida. Por eso se sienten dueños del mundo. Es tanta la fuerza que bulle que la imaginación es imparable y, a falta de enunciado preciso, la incomunicación levanta muros. El diario de Daniel, uno de tantos jóvenes de hoy, quiere establecer puntos de referencia válidos, valores fundamentales estables, ante las cambiantes coyunturas de tiempos vertiginosos.

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